La leña es un recurso que siempre hemos tenido cerca. Desde sus inicios el hombre la utilizó como energía para calentarse, cocinar y más adelante fabricar utensilios. Veamos la historia y usos de la leña.

HISTORIA Y USOS DE LA LEÑA EN LA ANTIGÜEDAD
Desde la prehistoria, con el descubrimiento del fuego, el hombre hizo uso de la leña para calentarse, iluminar su cueva y también para cocinar. Con la edad de los metales, el hombre comenzó a desarrollar utensilios para cocinar. Paralelamente, para adaptarse a tales artilugios, las estufas, cocinas y chimeneas de leña también se desarrollaron. No obstante, al ser en su mayoría fuego a cielo abierto, el poder calorífico de la leña era mermado. Mas tarde, en la era industrial, con la llegada de los hogares cerrados, se modernizaron sistemas de calefacción y cocinas y el poder calorífico de la leña comenzó a aprovecharse de una forma eficiente.
LA LEÑA, FUENTE PRINCIPAL DE CALOR DE ALGUNOS HOGARES
Aunque actualmente, ocupa el tercer lugar como energía, siendo primero la electricidad y el gas, la leña supuso la la fuente de energía más importante del mundo. Aun existen algunas áreas y zonas rurales donde la leña es su principal fuente para cocinar y calentarse. Las zonas urbanas, son las zonas con menos uso de este recurso, siendo el gas y la electricidad los más usados
USOS ACTUALES DE LA LEÑA
Actualmente, las energías tradicionales vienen experimentando incrementos constantes de precio. Estas subidas están comprometiendo la economía familiar, que cada vez se ve obligada a destinar más cantidad al consumo de energía. Por esta razón el desarrollo de energías renovables es un valor en alza. Entre las energías renovables está la biomasa, que reutiliza recursos naturales para generar energía. Dentro de la biomasa, nos encontramos la leña, un recurso con un bajo procesamiento que permite el reciclaje de materiales forestales y a su vez es respetuoso con el medio ambiente.
